Título exposición: m
r g n t
Comentarios para información nota de prensa: Son cinco propuestas de otros tantos equipos que trabajan sobre el hacer y la definición arquitectónica. El contexto de las propuestas queda descrito en el texto de los comisarios. El título es el indicado arriba (Emergente, sin vocales, quedando cinco consonantes para un marco indeterminado, pero con clara vocación de propuesta). Las aportaciones de cada equipo ya han sido entregadas al diseñador gráfico. Los equipos son: Santiago Cirugeda Comisarios: Félix de la
Iglesia Salgado
Emergente
es un mundo que no coincide punto
Ciertamente un compromiso con la realidad que se traduce en arrojo y frescura para cada uno de ellos. Y tal vez, también, porque participan todos de la misma actitud inquieta de la búsqueda, del mismo anhelo gozoso que nos hace cómplices. Pero lo que descubrimos desde estas latitudes en estos trabajos y a través de estos personajes es, sobre todo, la vindicación de un nombre para la arquitectura de una época y sus posibilidades, abriendo un nuevo espacio entre la obra, su formulación y el sujeto. La apuesta cultural y ética que inunda a todos los elementos de esta instalación, todavía un susurro en el vocerío nacional, es una forma de manifestación y de resistencia que se aleja de lo estereotipado de la imagen más convencional de los medios especializados -aún perdiendo adeptos-y que cohabita con aquella otra realidad consciente de que sólo lo que pertenece a la comunicación es validado por los agentes sociales y por ende, por el gran público. Así, esta muestra quiere amplificar esa voz tenue que nos incumbe y afecta a cada uno de nosotros, como compromiso con la arquitectura -la cierta y la posible- en cuanto que desarrollo de una concepción y una producción singular lanzada desde nuestro ámbito más cercano y como responsabilidad de nuestra generación hacia las venideras. Los personajes y su obra. El escenario y su representación El pasado año, la pronta y dolida desaparición de Enric Miralles nos dio pie para plantear, revisando su extensa obra, que sus proyectos 'escapan a una comprensión automática e invitan a imaginarlos en un presente dilatado y difuso, lleno de evocaciones del mundo de las cosas. ¿Acaso, sólo es un anhelo esta proyección de continuidad?' Y aventurábamos: 'Pensamos que se puede construir una relación positiva con lo postrero. Una relación en favor de la serenidad, del acompañamiento y la revelación, como no ha dejado de mostrarnos el propio Miralles'. Pues bien, cuando apenas si han transcurrido seis meses desde aquellos comentarios en prensa, la reunión aquí de estas obras, de los proyectos e instalaciones que hoy contemplamos, disparan de nuevo los resortes de la reflexión sobre nuestros días y su arquitectura, sobre la capacidad y sentido del desvelamiento en el mundo del arte y la cultura. Una reflexión que se enuncia como de emergencia produciendo una mirada distinta sobre la innovación desde el observatorio denso de lo ya vivido y desde la pertenencia a una rica cultura material. Esta manifestación nos aparece como danza singular celebrada con nuestra más cercana historia, baile que a un tiempo abraza -dotando de sentido nuevo a la experiencia cultural que le sirve de suelo- y desune -rompiendo con los vínculos complacientes de la continuidad- para dar forma a esta conciencia. Nos vemos, con otros muchos compañeros, inmersos en un proceso de construcción de una sensibilidad y un panorama sugestivo, a pesar de plantearse en un soporte, un medio nada cómodo. Es algo que el pensamiento de la teología hace a través de los novísimos (cada una de las cuatro últimas situaciones del hombre, la muerte, el juicio, el infierno y la gloria) como signos esperanzados. Signos igualmente de revelación, porque también novísimo es superlativo de nuevo. El modo en que produce esta búsqueda, que aúna a estas obras y a estos autores, es tangencial y no se revela nunca frontalmente; un conjunto de aproximaciones sucesivas, de interpretaciones y tanteos van fijando marcas que se traducen a la postre en arquitecturas, todo ello, con algo de aquel carácter destructivo benjaminiano que ellos arriesgan como opción para ver y abrir caminos por todas partes. No se podrá hablar en ningún caso de una línea única, aunque sí de una actitud contrastada de resultados plurales. No se pretende en esta muestra descubrir el valor de cada una de las obras desde ella misma, ya es difícil en cualquier caso y en éste más si cabe. Pero sí comunicar que en su conjunto, y superando la parcialidad e interés de cada una, participan e indican de lo singular de este momento, de la epifanía de una arquitectura que nos es vital a todos. También, compartir la experiencia con estos personajes jóvenes y desconocidos, de poca obra construida y publicada, pero con una reflexión seria y valiosa sobre los modos de hacer arquitectura que les ha hecho coincidir, a veces, en sus trayectorias. En especial, en su formación en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, un lugar nada fácil para provocar estas búsquedas arriesgadas, por la dificultad de superar una cierta imagen paralizante que se ofrece como única. El encuentro de este conjunto de personajes, que hasta podría parecer numeroso en una sala tan reducida, induce a la idea de una muestra activa, de una instalación o montaje donde las palabras cruzadas y los murmullos, los movimientos por entre sus huecos y vacíos, permiten construir líneas y caminos diferenciados hasta hacerles sentir partícipes de una experiencia arquitectónica distinta. Y nosotros aquí, queremos posarnos sobre estas trazas y obras para atender a su habla, porque su voz se vuelve por momentos nítida y potente, envuelve. Porque perseguimos establecer una correspondencia que supere a cada parte, asumiendo el compromiso de provocar un diálogo que invite a participar y hacer de otro modo. ¿Cómo trabajan, cómo se acercan a nuestros hábitos? Del mundo de la imaginación, imaginaron primero para construir luego su imagen; colocaron piezas y aparatos urbanos para provocar la demora en el continuo de la vida; produjeron episodios sobre espacios continuos que nos asombraron, poniendo en valor aspectos inadvertidos de su mundo discontinuo; indicaron lo insustancial para hacerlo mágico. Trabajos, poéticas del sitio desveladas con hechos simples, hasta construir situaciones complejas.
Si pudiéramos calcular acertadamente la distancia que media entre esta producción y el mundo al que pertenece podríamos confirmar el acierto del calificativo que hemos utilizado para nombrar el conjunto de creaciones que aparecen en esta exposición. Para tamaña tarea sería necesario utilizar la historia como instrumento que nos permitiera realizar dicha medición, y entonces tendríamos que recordar ... "Allá por los años setenta, mediada la década, se hizo presente por primera vez a través de los medios de comunicación una arquitectura que se reconocía propia de un lugar, no eran señas de identidad lo que se buscaba precisamente sino un definitivo reconocimiento por parte de la cultura arquitectónica española de que el Sur también existía" Quizás haya todavía, pese a todo, que referirse a aquel momento, aún sigue siendo importante para el cálculo que nos ocupa, si quiera sea como comienzo olvidado y por tanto perteneciente ya al mito. "Aquella aparición también se entendía a sí misma como emergencia, pues sabía del esfuerzo realizado, de las referencias externas convocadas, de la creatividad empleada, de los gritos en el desierto que había costado dicho reconocimiento. También se sabía ajena en gran parte al medio donde se había gestado, deudora de sensibilidades extranjeras que ella procuraba enraizar, falta de recepción social y, por lo tanto desafiante de convenciones, gustos y continuidades" Pero también era cierto que de esa manera salía al encuentro de algo que se movía más allá y entre nosotros y que, inevitablemente, como luego se demostró terminaría por envolverles. Quién diseñó dicha operación cultural era consciente de ello y, por que se adelantó a su tiempo, hoy sigue siendo pese a todos sus errores un referente para nuestra cultura. Probablemente aquí se encuentra una de las razones de nuestro situación, resultado de que el tiempo se haya querido detener. Lo que finalmente constituye como tal la arquitectura contemporánea andaluza de las últimas décadas es exactamente el encuentro entre cultura arquitectónica y poder democrático, en esa confrontación es posible dar suelo a la emergencia y, plausiblemente, con la capacidad de proponer mundos alternativos de la arquitectura alcanzar a proyectar una imagen de innovación tan querida por el poder: al final, cuentas saldadas. En ningún lugar. En parte alguna Precisamente en este balance se encuentra, mientras que no desaparezca dicha arquitectura o, alternativamente, dicha política las mayores dificultades para encontrar una salida a la actual situación. Lo que antes se manifestaba como alternativa es ahora sólo una inercia sostenida por un vacío carente de significación, sino es en los medios de comunicación que con apenas disimulo siguen manteniendo esta farsa. Mientras, la vida de nuestras ciudades sigue a la espera de soluciones que una disciplina perdida en los limbos de otros tiempo apenas consigue entender. No hay lugar para otra cosa, no hay esperanza de encontrar en parte alguna otra vía. Y si embargo, estos trabajos que hoy se encuentran aquí trazan un círculo de límites fluctuantes, abiertos a una convocatoria incesante, donde es posible imaginar otras formas de hacer arquitectura. En el entrelazamiento que media entre esas emergencias, exactamente en ese entre-medio, podemos encontrar posibilidades de proceder que ahora estarían sólo guiada por la rotundidad de su proyección e inversión . Si, digámoslo ya por si fuera necesario, se puede encontrar arquitectura en unos dedos abrazando un vaso, o en una oruga horadando el espacio o en banderolas agitándose al aire. Y si es así, ¿por qué no pensar en estas propuestas, sin cualquier red disciplinar que la justifique, como arquitecturas plenas? Félix
de la Iglesia Salgado |